Ha arribat a les meves mans el discurs d'inauguració de les V Jornades de joves investigadors que s'han dut a terme a Bilbao recentment. Us el reprodueixo perquè crec que val la pena fer-hi un cop d'ull.
Érase una vez el mundo de la investigación en España, el mundo al revés. El único en donde a medida que un profesional gana experiencia, deja de ser interesante. Observen cómo se pelean los investigadores por conseguir un becario que esté a su servicio y cómo rehúyen acoger a investigadores experimentados de valía demostrada, como los contratos Ramón y Cajal. Claro que si al becario le llamamos “mano de obra barata” y al investigador Ramón y Cajal “compromiso de estabilización”, a lo mejor empezamos a entenderlo.
También es curioso observar cómo a medida que se va ascendiendo, se va perdiendo parte de los derechos:
–Cuando se accede a la primera beca predoctoral, recién salido de la Universidad y sin experiencia en investigación, se recibe una ayuda de formación de 1100€.
–Cuando tras 2 años de trabajo se accede a un contrato laboral, porque finalmente se reconoce que realizas una labor productiva (aunque sea la misma que durante todo el año anterior), se accede a los ansiados beneficios sociales, pero eso sí, a cambio de perder un 15% de tus ingresos mensuales.
–Lo mejor llega cuando se consigue el ansiado título de doctor. ¡Ahora soy alguien importante, por fin se reconocerá mi labor! Piensa uno... pues no. Ahora dejarás cualquier tipo de proyecto que tengas en marcha, da igual cuál sea su importancia, porque has de irte al extranjero. Aunque mientras esperas un año por la bendita beca post-doctoral que te devuelva de nuevo al estatus de estudiante (¿será que existe el título de re-doctor?), como la ciencia es una profesión muy vocacional, puedes seguir trabajando gratis y sin ningún tipo de cobertura social para no dejar colgado con el proyecto a tu jefe. Bueno, también puedes ligarte a tu jefe, o al hijo de tu jefe, porque la endogamia funciona, oye, ¡90% de posibilidades!
–En fin, que aquellos valientes y afortunados que consigan volver y llegar a dirigir algún proyecto y tener incluso su propio becario, podrán emplear su magnífica formación haciendo las labores de secretario, embebidos en un maremágnum burocrático que le impedirá probablemente dirigir el trabajo del investigador en formación a su cargo, que tendrá que convertirse en un superviviente... y escuchar a aquéllos que han llegado a algún cargo político de importancia decir que él también ha sido becario. ¡Qué tierno!
Sin embargo, un día este mundo comenzó a darse cuenta de que caminar sobre los pies era mucho más útil que sobre la cabeza y, poco a poco, gracias al esfuerzo y el compromiso de la comunidad científica, los dirigentes políticos, el entorno empresarial, la Federación de Jóvenes Investigadores y toda la sociedad se fue definiendo una carrera investigadora útil y coherente donde investigar se convirtió en un trabajo serio, al servicio de la sociedad y con plenos derechos reconocidos desde sus etapas iniciales.
Para conseguir esto, la Federación de Jóvenes Investigadores lleva trabajando muchos años, aportando ideas, generando informes, denunciando injusticias, divulgando información y organizando estas Jornadas anuales, donde todos los agentes implicados en el diseño de la política investigadora española tienen un punto de encuentro para el diálogo y el intercambio de ideas. Sigamos trabajando en ello, porque queda mucho camino por andar.
Raquel Portela Rodríguez
Presidenta de la Federación de Jóvenes Investigadores Precarios.
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