09 agosto, 2006

ESCONDRIJOS

Seguías empeñado en esconderte detrás de la luna durante horas como si sirviera de algo sin darte cuenta que todo el mundo estaba pendiente de ti. Pero los eclipses se acaban y un escondite tan absurdo no podía ser eterno. Cuando empezaste a quejarte, circularon las aspas del molino removiendo el aire caliente, pesado, de un verano que estaba cerca. Así espantabas las brujas del invierno pasado; las que aún, muy a mi pesar, revolotean entre las hojas nacidas en la primavera de nuestros días. No sé si llorar, por momentos creo que el molino de viento lanzará con todas sus fuerzas una nube de polvo contra mis ojos. Y de repente me siento a salvo en una película que no sé que tiene de real y que de contemplación placentera de seguridad evanescente. No me considero una persona demasiado necia. Pero caigo en picado, mis barreras se derrumban irremediablemente, soy más débil que nunca y más fuerte de lo que seré jamás. Pero no consideres mis palabras una queja débil, no lo son. Y no pretendo decir tampoco que sea una queja formal, tampoco es así. La respuesta es fácil, no me quejo. Me alegro de mi suerte. Me alegro mas de ser como soy de lo que nunca me había parecido prudente. Me estoy volviendo loca? Bueno, quizás un poco. Y que mas da! La locura controlada solo puede ayudarme a vivir serenamente aprovechando todas mis oportunidades de ser feliz.

1 comentario:

Txapulín dijo...

Suposo que és inútil intentar entendre-ho, però m'ha agradat.